Desde hace ya
demasiados años resulta inevitable pensar en la Liga española de fútbol como
una cosa de dos. El Fútbol Club Barcelona ha sido el claro dominador del
campeonato en la última década, con siete títulos desde la temporada 2004-2005,
y el Real Madrid ha sido su principal competidor por esa hegemonía en el fútbol
patrio, con tres títulos y el subcampeonato en todas las ocasiones en las que
el Barça ha sido campeón. El título del Atlético de Madrid en la campaña
2013-2014 alteró esa bipolaridad, y con la inversión que ha hecho el equipo
madrileño el objetivo de volver a disputar la primera posición está sobre la
mesa. ¿Lo logrará? ¿Romperá el Real Madrid tres años de sequía? ¿O será el
Barcelona el que repita?
Por lo pronto,
el equipo de Luis Enrique cuenta con dos obstáculos claros para sumar el octavo título de Liga en doce años. Por un lado, la
sanción de la FIFA hará que sus fichajes no puedan jugar hasta el mes de enero,
con lo que Arda Turán y Aleix Vidal no podrán reforzar todavía al campeón y la plantilla que maneja el Barça puede quedarse corta hasta que finalice 2015. Las últimas salidas y la pérdida de nivel como equipo cuando las estrellas dejan paso a los canteranos que parten desde la suplencia es un claro motivo de preocupación para el técnico blaugrana. Por
otro, haber perdido la posibilidad de conseguir seis títulos en un año por segunda vez en su historia, tras perder la Supercopa de España ante el Athletic podría distraer
al conjunto blaugrana en la competición doméstica, al menos hasta el mes de
enero.
Aunque en el rush final del mercado el Real Madrid está protagonizando más movimientos y no dará su plantilla por cerrada probablemente hasta el último día, el club blanco ha optado por mejorar su plantilla sin alterar a sus estrellas, y durante el verano ha sido más llamativa la salida de Iker Casillas o la renovación de Sergio Ramos que cualquiera de las incorporaciones que ha cerrado, en su mayoría jugadores jóvenes que vienen a apuntalar un grupo ya muy consolidado y que tiene en el técnico Rafa Benítez a su principal fichaje. Si el técnico madrileño, en su regreso al club blanco, es capaz de conseguir la mejora defensiva que se ha propuesto, el Real Madrid tendría que tener muchas más posibilidades de arrebatar al Fútbol Club Barcelona el mando en el fútbol español.
Aunque en el rush final del mercado el Real Madrid está protagonizando más movimientos y no dará su plantilla por cerrada probablemente hasta el último día, el club blanco ha optado por mejorar su plantilla sin alterar a sus estrellas, y durante el verano ha sido más llamativa la salida de Iker Casillas o la renovación de Sergio Ramos que cualquiera de las incorporaciones que ha cerrado, en su mayoría jugadores jóvenes que vienen a apuntalar un grupo ya muy consolidado y que tiene en el técnico Rafa Benítez a su principal fichaje. Si el técnico madrileño, en su regreso al club blanco, es capaz de conseguir la mejora defensiva que se ha propuesto, el Real Madrid tendría que tener muchas más posibilidades de arrebatar al Fútbol Club Barcelona el mando en el fútbol español.
Para hacer frente a
estos dos gigantes, el Atlético ha realizado una enorme cantidad de movimientos
en su plantilla. No sólo ha realizado el mayor desembolso del verano, los 35
millones que ha costado Jackson Martínez, sino que se ha quedado cerca de un
gasto total de 100 millones. Si hay un equipo que puede hacer sombra a
Barcelona y Real Madrid, ese es el Atlético, y no parece probable que el segundo
escalón de la Liga, el que forman Sevilla y Valencia, puedan dar el salto de
calidad necesario como para luchar por el título. Su guerra será por Europa,
una pelea en la que hay muchos equipos que tienen la ambición de colarse, desde
el Villarreal o el Athletic, equipos que ya disfrutan de plaza europea esta
temporada, a la Real Sociedad o el Málaga.
En las últimas temporadas, la Liga se ha acostumbrado a que las luchas más apasionantes y multitudinarias se vivan en la parte baja de la tabla, y esa es la pelea en la que seguramente estarán inmersos, al menos hasta que la competición afronte su tramo final, más de la mitad de los equipos de la Liga, que no podrán cantar victoria hasta alcanzar esa ya totalmente aceptada barrera de los 40 puntos (aunque la temporada pasada, poco exigente, dejó la marca de la salvación en los 35). El Eibar protagonizará una situación atípica en nuestra competición doméstica, ya que seguirá en Primera a pesar de haber descendido. El Elche, a pesar de haber logrado una meritoria decimotercera posición, perdió la categoría por su situación económica y dejó su plaza al club armero. Sporting de Gijón, Betis y Las Palmas, tres clásicos de Primera, vuelven a la División de Honor con la clara intención de mantenerse en la élite.
En las últimas temporadas, la Liga se ha acostumbrado a que las luchas más apasionantes y multitudinarias se vivan en la parte baja de la tabla, y esa es la pelea en la que seguramente estarán inmersos, al menos hasta que la competición afronte su tramo final, más de la mitad de los equipos de la Liga, que no podrán cantar victoria hasta alcanzar esa ya totalmente aceptada barrera de los 40 puntos (aunque la temporada pasada, poco exigente, dejó la marca de la salvación en los 35). El Eibar protagonizará una situación atípica en nuestra competición doméstica, ya que seguirá en Primera a pesar de haber descendido. El Elche, a pesar de haber logrado una meritoria decimotercera posición, perdió la categoría por su situación económica y dejó su plaza al club armero. Sporting de Gijón, Betis y Las Palmas, tres clásicos de Primera, vuelven a la División de Honor con la clara intención de mantenerse en la élite.
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